Ministerio de Educación cierra dos centros escolares en Santa María y San Agustín

El CE Caserío Los Zelaya, en Santa María, y CE cantón El Rodeo, en San Agustín, ambos distritos en el departamento de Usulutan, fueron cerrados este año por falta de niños y niñas que asistieran a clases.
El Salvador enfrenta una crisis demográfica que ya está impactando sectores clave como la educación. La disminución de la natalidad y el aumento de la migración han llevado al cierre de varias escuelas rurales, dejando a muchas comunidades sin acceso cercano a la educación.

Uno de los casos más recientes es el del Centro Escolar Caserío Los Zelaya, en el distrito de Santa María, Usulután. Esta pequeña escuela, ubicada al final de un pasaje de tierra donde viven al menos ocho familias en condiciones de extrema pobreza, ha visto reducir su matrícula de manera drástica en la última década. Mientras que hace diez años tenía unos 25 alumnos, el año pasado solo cinco niños asistieron a clases. Para este año, se matricularon 15 estudiantes, pero al final solo llegaron los cinco del año anterior. Ante esta situación, el Ministerio de Educación decidió remover a la maestra y cerrar la escuela, argumentando que mantener una docente en la comunidad resultaba demasiado costoso. Ahora, los niños deben trasladarse a otra escuela en el pueblo, ubicada a dos kilómetros de distancia.

Ahora, los niños deben trasladarse a otra escuela en el pueblo, ubicada a dos kilómetros de distancia.

Este caso refleja una tendencia preocupante a nivel nacional. La cantidad de nacimientos se ha reducido casi a la mitad en los últimos 22 años: en el año 2000 nacieron 150,176 niños, mientras que en 2022 la cifra cayó a 77,383 nacidos vivos. En los últimos dos años, el gobierno no ha publicado cifras de nacimientos ni de mortalidad.

El impacto de la crisis demográfica quedó evidenciado en los resultados del Censo 2024, que mostraron que la población salvadoreña ha disminuido en comparación con las proyecciones oficiales. Se esperaba que El Salvador tuviera 6.7 millones de habitantes, pero el censo reveló que la población actual es de 6,029,976 personas.

Si bien el primer impacto de esta crisis se está viendo en el sistema educativo, la economía del país también podría verse afectada en el futuro. La reducción de la población joven implica menos fuerza laboral y una mayor presión sobre el sistema de pensiones, ya que habrá menos trabajadores para sostener a una población envejecida. De continuar esta tendencia, El Salvador enfrentará desafíos similares a los de otros países con baja natalidad, como la disminución del crecimiento económico y la falta de mano de obra en sectores clave.

Por: Prensa Izcanal