El pasado lunes 27 de julio, en entrevista telefónica con un programa de televisión, el Presidente Nayib Bukele pidió a la población que en las elecciones legislativas de 2021 vote por los candidatos de GANA, Nuevas Ideas (NI) y Cambio Democrático, porque éstos “trabajarán de la mano con el gobierno”.
El referido acto proselitista del Presidente Bukele violenta flagrantemente preceptos constitucionales y disposiciones de la legislación electoral, pues abusa de su cargo para hacer propaganda electoral y favorecer a unos partidos políticos en particular.
El Artículo 218 de la Constitución dice claramente que “los funcionarios y empleados públicos están al servicio del Estado y no de una fracción política determinada”; agrega que “no podrán valerse de sus cargos para hacer política partidista”; y sentencia que “el que lo haga será sancionado de conformidad con la ley”.
En el mismo sentido, el Código Electoral establece, en el segundo inciso de su artículo 184 que “ningún funcionario o funcionaria, empleado o empleada pública, podrá prevalerse de su cargo para hacer política partidista”.
Además, el llamado de Nayib Bukele a votar por GANA, NI y CD constituye un acto de propaganda adelantada y -por tanto- una clara transgresión al Artículo 172 del Código Electoral, según el cual la “propaganda electoral sólo se permitirá cuatro meses antes para la elección de Presidente y Vicepresidente, tres meses antes cuando se trate de diputados y diputadas, y un mes antes para la elección de Concejos Municipales”.
Por tanto, el Presidente Bukele debería ser sancionado por valerse de su cargo para hacer proselitismo partidario y por realizar campaña seis meses antes de las elecciones parlamentarias.
Por lo demás, y más allá de la ilegalidad, el pedido de Bukele es totalmente ilegítimo, pues -dadas sus muestras de autoritarismo y falta de respeto a la institucionalidad- la búsqueda de correlación legislativa responde al deseo de eliminar pesos y contrapesos e incidir en el nombramiento de Fiscal, Procurador y -desde luego- destituir a los magistrados de la Sala Constitucional que “no puede mandar a fusilar”.
Teniendo mayoría legislativa, Bukele podría extender su control al resto del aparato estatal para impulsar su proyecto autoritario, personalista-familiar, antidemocrático y neoliberal de nefastas consecuencias para la democracia, los derechos humanos y las aspiraciones de un país más democrático, equitativo, justo, incluyente, pacífico y sustentable.
Por: ARPAS.