Conforme ha anunciado este lunes el Departamento estadounidense de Justicia, la Casa Blanca ha lanzado una nueva ofensiva contra los que piden asilo en EE.UU. al impulsar una medida para que los migrantes que buscan obtener el estatus de refugiado tengan que hacerlo en el primer país al que ingresan.
“Un extranjero que entre o intente entrar en EE.UU. a través de la frontera sur después de no haber solicitado protección en un tercer país fuera de sus países de ciudadanía, nacionalidad o de última residencia legal habitual que hubiese transitado en camino a EE.UU. no es apto para asilo”, ha indicado la Cartera estadounidense en un comunicado.
La medida afectaría especialmente a los migrantes que llegan a través de la frontera sur de EEUU, que normalmente huyen de países de Centroamérica y primero llegan a la frontera sur de México, agrega el texto, antes de aseverar que se espera que la iniciativa entre en vigencia a partir de este martes.
La negativa de EE.UU. a aceptar migrantes ha ido en aumento desde la campaña electoral de Trump en 2015, cuando en unos de sus mítines prometió construir “un muro” en la frontera con México, de unos 3200 kilómetros, para evitar la entrada de personas sin papeles en regla.
Desde entonces, el inquilino de la Casa Blanca ha dispuesto diversas medidas contra los indocumentados, entre ellas, militarizar la frontera con México, detener a miles de migrantes irregulares y separar a los padres de sus hijos que habían logrado entrar en el suelo estadounidense.
Entre tanto, el manejo de la cuestión de los migrantes que entran de forma irregular en EE.UU. por la Administración de Trump ha provocado un enorme repudio tanto dentro como fuera del país, y ha tomado más fuerza después de que varios legisladores demócratas y activistas que visitaron los centros de detención, describieran las condiciones en dichos recintos como “una pesadilla”.
Por: Prensa Izcanal / Hispantv.