La capital de Estados Unidos, Washington, amanece este miércoles con sus monumentos más emblemáticos resguardados por vallas metálicas y soldados y policías uniformados apostados en puntos estratégicos, para albergar el acto de investidura del presidente electo, Joe Biden, tras el asalto de hace dos semanas al Capitolio federal.
El miedo a otro brote de violencia política ha llevado a las autoridades a blindar como nunca antes la capital, que es por estos días epicentro de una serie de investigaciones que buscan determinar cómo un grupo de seguidores del presidente saliente, Donald Trump, superó la seguridad del complejo del legislativo el pasado 6 de enero.
De cara a la quincuagésimo novena ceremonia de transmisión de mando, las autoridades ordenaron el cierre del National Mall, el parque que alberga los monumentos y la famosa explanada que suele cobijar multitudes durante este tipo de actividad. Su lugar estará ocupado por 200.000 pequeñas banderas del país, en representación de quienes no podrán llegar.
Además de la clausura del National Mall, en vigor desde el viernes anterior y hasta al menos el 21 de enero, el Servicio de Parques Nacionales dispuso el cierre de distintas vías, algunas de ellas en los alrededores de la Casa Blanca.
Esa dependencia señaló que los eventos relacionados con el traspaso de mando «serán producidos únicamente para una audiencia televisiva, sin audiencia en vivo, y no habrá el desfile inaugural tradicional».
El mismo organismo gubernamental informó de que se han destinado espacios específicos para manifestaciones, en las que deberán seguirse las recomendaciones para evitar la propagación del coronavirus.
Por su parte, en un mensaje televisivo la semana pasada, la alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser, alentó a los residentes de la ciudad y a los estadounidenses de todo el país «a quedarse en casa y participar de manera totalmente virtual» en los actos de la inauguración presidencial.
«Los habitantes de Washington deben evitar todos los viajes no esenciales al centro y cerca del Capitolio», agregó la funcionaria, al confirmar el cierre de trece estaciones del metro y el desvío de rutas de transporte.
De igual forma, hay unos 25.000 efectivos de la Guardia Nacional a la ciudad, cifra que supera en cinco veces las que tiene desplegadas Estados Unidos en las invadidas Irak y Afganistán.
Además de los miembros de la Cámara de Representantes, el Senado y el Gabinete, solo un puñado de invitados podrá presenciar el acto en persona. Los expresidentes Barack Obama (2009-2017), George W. Bush (2001-2009) y Bill Clinton (1993-2001) acudirán acompañados de Michelle Obama, Laura Bush y la excandidata presidencial Hillary Clinton.
El exmandatario Jimmy Carter (1977-1981), de 96 años, no viajará a Washington por primera vez desde que dejó la Casa Blanca, en 1981. El vicepresidente saliente Mike Pence sí acudirá a las escalinatas del Capitolio.
La pandemia de la Covid-19 ha obligado no solo a prescindir de la presencia masiva de personas en el National Mall, sino también en el baile inaugural que solía celebrarse la noche de la investidura.
En su lugar, el actor Tom Hanks será el presentador de un programa a las 20H30 (01H30 UTC, de este jueves) plagado de estrellas y que tendrá números musicales de Justin Timberlake, el ídolo de Jersey, Jon Bon Jovi, Demi Lovato y Ant Clemons.
Por: teleSUR.