
La Conferencia Episcopal de El Salvador ha publicado una carta pastoral contundente: “Una voz que con esperanza clama en el desierto”. En ella, los obispos exigen al gobierno que cese la persecución contra líderes comunitarios que defienden el agua, la tierra y la vida.
No se persiga a los defensores de derechos humanos por el simple hecho de ejercer esta función”, dice la carta. Y añade: “Si hay presos sin más motivo que esta labor, sus casos deben ser estudiados y puestos en libertad”.
Casos como los de Fidel Zavala, Alejandro Henríquez, José Ángel Pérez y Ruth López preocupan profundamente a la Iglesia. Todos ellos están presos por defender bienes comunes que pertenecen a las comunidades más vulnerables.
Los obispos también advirtieron sobre políticas que podrían convertir a El Salvador en “una gran cárcel internacional”, alertando sobre los riesgos para la seguridad y la reputación del país.
La Iglesia se convierte así en voz profética que denuncia la criminalización de quienes luchan por la justicia, y llama al diálogo, a la reflexión y a poner la dignidad humana por encima de cualquier interés.
Por: Prensa Izcanal