El idilio Macron-Trump parece estar tocando a su fin. La recientes afirmaciones del presidente francés en las que aseguraba que la seguridad de Europa no puede seguir dependiendo de EE.UU. e indicios de acercamiento a Rusia traslucen una brecha en las relaciones entre París y Washington.
«Europa ya no puede confiar en EE.UU. en cuestiones de seguridad», afirmó Emmanuel Macron recientemente en la capital gala en un discurso sobre política exterior.
Sin embargo, a principios del año, las relaciones entre los dos países planteaban un escenario prometedor. En abril se celebró una cumbre entre Macron y Trump en Washington, durante la cual incluso plantaron un árbol en el césped de la Casa Blanca. A juzgar por las imágenes de la cálida acogida del presidente estadounidense al francés nadie habría apostado por el deterioro que experimentarían las relaciones un mes más tarde.
El primer paso hacia el desencuentro fue la retirada de Washington del histórico acuerdo nuclear de Irán. Poco después de la aprobación de la decisión, el ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, instó al conjunto de Europa a dejar de actuar como «vasallo de Estados Unidos» y continuar las relaciones comerciales con Teherán a pesar de las políticas del «policía económico del planeta».
Luego en junio, los aranceles de Trump sobre importaciones de acero y aluminio provocaron la reacción a nivel global y represalias por parte de la UE. Macron calificó las medidas como «ilegales» y advirtió que «el nacionalismo económico conduce a la guerra», comentando también que esto es exactamente «lo que sucedió en la década de los 1930».
Esta «reformulación de las relaciones transatlánticas ha ido muy lejos durante la presidencia de Trump», afirmó a RT el jefe del Centro de Estudios Franceses de la Academia de Ciencias de Rusia, Yuri Rubinski, que también precisó que fue Washington el que desencadenó ese cambio.
Por su parte, el periodista independiente Luc Rivet lo ve de manera distinta: «La historia de amor entre Europa y EE.UU. ha terminado con conflictos». La Administración Trump «simplemente ha arrojado una cruda luz sobre una evolución inevitable».
¿Nuevos enemigos de Trump y ahora amigos de Rusia?
La retórica de la Casa Blanca parece estar alejando a la Unión Europea cada vez más de Washington. De hecho, Trump preparó el terreno para la situación actual durante su campaña presidencial, cuando llamó a Bruselas «infierno» y «desastre». Más tarde, Trump señaló que EE.UU. tiene «muchos enemigos», incluida la Unión Europea.
Es por eso por lo que en su reciente discurso sobre la seguridad de la UE, el líder francés también afirmó que quiere promover una exhaustiva revisión en materia de seguridad que involucre a todos los socios europeos, entre los cuales también está Rusia. Días más tarde, durante una conferencia de prensa celebrada en una visita a Helsinki, Macron insistió en que a la UE le interesa «tener una relación estratégica con Turquía y con Rusia que genere estabilidad, y que a largo plazo traerá más fuerza y coherencia».
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, cree que la posición del presidente galo no se habría formado en un solo día. «El curso de acción de EE.UU. en el ámbito internacional hace a pensar a todos», afirmó. El máximo diplomático ruso añadió que ningún país con «un mínimo de respeto por sí mismo» puede tolerar que «le dicten sus políticas».
Por / RT Noticias.