El líder indígena, José Francisco Pulke Morán, del cantón Sisimitepet de Nahuizalco, Sonsonate enfrenta una de las luchas más grande su vida, la enfrenta para conservar no solo su propiedad, si no el ecosistema mismo de la zona contra la amenaza de Sensunapán S.A de C.V. que pretende construir una octava represa hidroeléctrica en el rio Sensunapán.
DIARIO CO LATINO viajó hasta Sisimitepet y al río Sensunapán para conocer la denuncia del líder indígena ante el acoso que recibe de la empresa que busca a toda costa comprarle su propiedad para ejecutar el proyecto “Pequeña Hidroeléctrica Nuevo Nahuizalco II”. Sin embargo, con voz segura y sin temor, Pulke Morán asegura que nació en Sisimitepet y “aquí voy a morir”.
Morán se dedica a la agricultura, hace un par de años inició el cultivo de granos básicos y hortalizas para comer saludable. De esta forma mantiene a su familia, esto se ve amenazado.
El problema que enfrenta es que desde hace dos décadas la empresa Sensunapán S.A. de C.V. intenta construir la octava hidroeléctrica sobre el río Sensunapán, específicamente en una periquera: hacia el sur, la empresa pretende sacar 4 kilómetros de cauce natural del río para su proyecto.
“Nosotros nos hemos opuesto de una manera no simple, sino que tenemos muchas razones válidas y concretas del porqué no nos conviene a nosotros como habitantes de Sisimitepet, porque conocemos las afectaciones que han causado las 7 (hidroeléctrica) que ya tiene el rio”, comentó Pulke a este medio.
El líder indígena ejemplifica esas afectaciones con la hidroeléctrica que tiene más cerca, la Cucumacayán, la cual fue construida en 1950, “allí ha habido afectaciones gravísimas hasta de vida humanas y todo ha quedado en la impunidad”.
La octava hidroeléctrica afectaría directamente a José Francisco Pulke y familiam ya que dicho proyecto se pretende construir “en el mero lugar donde vivimos”, “a mi familia les afecta de una manera directa porque la empresa tiene diseñado su proyecto cabal en la parcela donde estamos actualmente, aquí tienen diseñado el muro”.
La afectación, tomando en cuenta que si el muro se construyera a la fuerza (sin autorización), es que se inunda para que la empresa pueda disponer de esa agua y luego del muro, el río se secará y los habitantes no podrían abastecerse de agua, pues debido a la zona, el agua potable escasea.
“El dique es un muro que levantan desde el fondo del río a la altura que quieran, un muro gruesísimo con concreto e hierro para retención del agua y una gran piscina para arriba, es un lago artificial podemos llamarle, entonces imagine todo esto, a la altura que llegarán, así será el lago, porque van a retener el agua, y luego, lo que hacen es que la meten por canaletas”, dijo Pulke.
“En casi 20 años, desde el inicio y ahorita insisten en que yo les venda el derecho (de su propiedad) para que puedan tener la facultad de entrar y construir. “Yo desde el inicio, febrero de 2004, desde el primer momento les dije: ´yo no les voy a vender ni un centímetro de mi parcela por ningún dinero, pero ellos buscaron miles de maneras para animarme a vender”. Otras familias, al sur del río, fueron engañadas para que vendieran.
A lo largo de estos años a los propietarios que decidieron vender parte de sus terrenos se les han quitado incluso más de su parcela, según lo comenta Pulke Morán. Ya que, en un acuerdo inicial, por ejemplo, habían cedido 6 metros, pero años después cuando ya llegaron los trabajadores y comenzaron a medir, les informaron que les quitarían 20 metros.
El hijo de Pulke Morán compró una parcela a nombre de su mamá, siempre en la zona, y los trabajadores de Sensunapán S.A. C.V. ingresaron el 6 de julio de este año, sin autorización, a su terreno a medir y colocar las señales, específicamente midieron 13 metros, desde el borde del río hasta dentro de la parcela, hicieron una brecha (camino) hasta otro punto de la parcela que de igual forma medía 13 metros.
“Cuando yo encontré los ingenios ahí tomando medidas y yo les reclamé, ellos me dijeron que tenían el permiso del anterior dueño”, algo que es contradictorio porque el anterior dueño era de su abuelo y él no falleció tiempo atrás.
La empresa puede construir la 8ta hidroeléctrica, pero a la fuerza, “me matan y construyen, ́nombre a saber quién lo mató´”, comenta Pulke Morán ante la pregunta de que sí era posible la construcción del proyecto sin la venta de su propiedad. De hecho, el líder indígena tuvo tres amenazas de muerte, la última fue el año pasado, meses antes de que iniciara el régimen de excepción, los dos que lo amenazaron, están presos. “Yo de quién podía dudar sobre quien me amenazó, la empresa porque como yo no he venido, el proyecto no lo pueden realizar”.
Otra de la forma por la que teme, es que el Estado contribuya en esa fuerza y ceda su terreno a través de la expropiación. Otra de las formas es que la empresa consiga los permisos del Ministerio de Medio Ambiente y decida hacer el dique más abajo en alguna de las propiedades que compró, pero de igual forma, la afectación sería la misma. Esas afectaciones fuera la fauna, flora, y a la vida humana, pues las familias no podrán acceder al río.
La afectación sería también al patrimonio cultural, ya que en el recorrido donde tienen diseñado su proyecto y hacer la descarga hay 11 sitios sagrados, es decir, en lugares de paraje en estos lugares “de repente se aparece un personaje a quién anda molestando”.
En mayo de este año, la comunidad indígena brindó una conferencia de prensa para condenar la actuación de la Cámara Ambiental de Santa Tecla ya que archivó el caso de la posible construcción hidroeléctrica. La Cámara también finalizó las medidas cautelares que protegían el río.
Cortesía. CoLatino