La percepción negativa de la gente sobre el sistema de salud son sobre dos temas: falta de medicamentos y maltrato a los pacientes.
Bukele ya le dio dos golpes mediáticos. 1) La última compra de agosto, la entregó con un operativo mediático y 2) Emplazó al personal sanitario a renunciar si se sienten explotados y a estar dispuestos a trabajar 24/7.
Puestas así las cosas el problema ya está solucionado. Pero no es así. Estamos barriendo y escondiendo la basura bajo la alfombra.
Les expongo mis razones.
1) El problema de salud del país va más allá de la percepción de la gente sobre medicamentos y maltratos. Tiene que ver, también, con bajos salarios al personal, recarga de trabajo, incentivos laborales, profesionalización, hacinamiento hospitalario, prevención, higiene, competencias con privados, salud ambiental, psicológica y social, etc.
2) Lo del abastecimiento solo es una estrategia publicitaria, ¿qué va a hacer un médico con 10 tratamientos para los parásitos, si le llega un promedio de 5 niños diarios a la unidad de salud? ¿Para cuántos días le durará el abastecimiento? Además, en la mayoría de unidades de salud no hay abate e insumos para combatir el dengue, ni anticonceptivos.
3) El maltrato en los hospitales, tampoco, se soluciona amenazando, de manera velada con despidos, al personal sanitario. Mucho menos poniéndolos a trabajar 24/7. Eso agravará más la situación. Se debe partir de que se necesita más personal de salud. Hay áreas críticas como «emergencias», que de noches y de días de vacaciones prácticamente no funcionan. Pasa lo mismo en el área de «hospitalización», se encuentra dos enfermeras para 40 camas. Por otra parte se debe tomar en serio el tema de la profesionalización ¿qué hace un residente haciendo cesáreas y atendiendo partos de alto riesgo?
Debemos tomar en serio este tema. Si la solución que encuentra Bukele es MEDIÁTICA, y lo que busca es crear la percepción de que estamos cada día mejor, vamos por mal camino. Los pacientes sufrirán las consecuencias y el personal sanitario pagará por esas consecuencias.
Por: Alcides Herrera.