En varios hogares, sobre todo en La Boca, hay lágrimas y sollozos mientras en el Obelisco, pese a la lluvia, se agrupan hoy desenfrenados hinchas de River para festejar en grande al flamante Campeón de América.
Y es que los dos clubes protagonizaron en Madrid una histórica final de la Copa Libertadores, pero en Argentina, muy distante del estadio Bernabéu, se vivió con intensidad y para lo que unos fue júbilo para otros es mucha tristeza.
Tenía que haber un solo ganador, pero en una nación que come, respira y vive el fútbol de manera tan pasional la conformidad no es la palabra. Los hinchas de Boca prefieren mantenerse en silencio o llorar. Los de River se muestran eufóricos y salen orgullosos a festejar en una nublada Buenos Aires donde oscureció más temprano por la lluvia que cae.
El gol del colombiano Juan Fernando Quintero, que desempató el marcador entre los dos rivales clubes es tendencia en Twitter, donde el símbolo de corazón con los colores blanco y rojo, que representa a Millonarios, se repite por segundo.
Aguante River, se escuchó desde un balcón en la barriada de Balvanera, donde un hincha hacia agitar su camiseta con todas las fuerzas. Del otro lado, muy cerca, una vecina se sentía sollozar, estaba triste porque soñaba con que Boca, el club que la acompaña desde niña, ganara esta histórica Copa.
En el pintoresco barrio de La Boca, la casa de los bosteros, el silencio es sepulcral pero muchos portan con orgullo la camiseta azul y amarilla aunque se muestran impotentes.
Para lograr esta final se tuvo que vivir lamentablemente un duro capítulo en el fútbol argentino el pasado 24 de noviembre cuando el partido de vuelta se tuvo que suspender por la agresión de los hinchas de River al ómnibus de los jugadores de Boca a la entrada del estadio Monumental, que terminó con varios futbolistas del Xeneize lastimados.
Costó mucho, se tuvo que hacer a más de 10 mil kilómetros, -algo frustrante- pero finalmente ya el 3-1 de River a Boca pasó a las estadísticas de otro superclásico que queda para la historia.
Bocinazos y locura total viven los hinchas del Millonario en el Obelisco, que hoy se tiñe del color blanco y rojo para felicitar a los vencedores, custodiado por cientos de efectivos policiales. Así se festeja en Buenos Aires, pero también en otras partes del país.
Por / Prensa Latina.