A las tres de la madrugada del 15 de agosto de 1917, nació en Ciudad Barrios San Miguel; un niño al que sus padres bautizaron el 11 de mayo de 1919 con el nombre de Óscar Arnulfo.
Óscar fue el segundo de ocho hermanos, concebidos dentro del matrimonio entre doña Guadalupe de Jesús Galdámez y don Santos Romero, telegrafista y cartero del pueblo. Su natalicio tuvo lugar en una casita humilde ubicada en una esquina opuesta al parque central.
AMBIENTE IGLESIA
Siendo un niño, Óscar fue conocido por su carácter tímido y reservado pero con su vocación religiosa. Antes de empezar sus actividades cotidianas se encomendaba siempre al creador. Jugaba de hacer procesiones, para ello se ponía un delantal y salía a la calle invitando a los demás niños, en el juego, él era el cura. También le ayudaba a su padre a repartir las cartas y se entretenía tocando la flauta.
La maestra que le enseño a leer y a escribir fue Anita Iglesias, y como su padre no quería que saliera del pueblo a estudiar; lo envió de aprendiz a la carpintería de Juan Leiva, el carpintero más afamado que tuvo Ciudad Barrios. Con él, Oscar Arnulfo aprendió a tallar la madera, hizo puertas, mesas, chineros y muchas cosas más.
Con 13 años, Oscar seguía necio con ser sacerdote. Ante tanta insistencia, doña Guadalupe, su madre, le alistó la ropa y él agarró para el seminario menor ubicado en San Miguel.
Unos años después su formación fue interrumpida a raíz de una complicación económica que enfrentó su familia. Esta situación le llevó a dejar el seminario para trabajar durante tres meses en la mina de oro de potosí, allí trabajó por cincuenta centavos de colón al día.
Los hijos que procreó el matrimonio Romero y Galdámez fueron bautizados con los nombres de Gustavo, Oscar, Zaida, Aminta, Romúlo, Mamerto, Arnoldo y Gaspar.
Por Wilfredo Hernández.