Los seguidores y otros no tan seguidores se sienten entusiasmados cuando el presidente insulta, amenaza y subvalora a la Asamblea Legislativa. «Aprieten el botón», «yo mismo iré a la Asamblea», «la Asamblea es un circo y del barato», dice con cierto cinismo, el presidente.
Detrás de todo está el aprovechamiento de la ignorancia de muchos de sus seguidores. Pues, cada diputado ha sido elegido de manera legítima y legal por el pueblo, de acuerdo a los procedimientos democráticos que tiene el país. Si se insulta, amenaza y subvalora a los representantes, está violentando a quienes les eligieron.
Los que vivimos en el país y estamos medianamente informados, sabemos que lo que busca el presidente y sus funcionarios es desgastar a los actuales diputados para tener en el 2021 una Asamblea con mayoría calificada a su favor. En este momento la tiene, de manera relativa, en temas de políticas neoliberales. La piedra en el zapato es el FMLN.
El precio que podemos pagar por una Asamblea Legislativa desacreditada es muy grande, tanto así que sería poner en riesgo lo poco de democracia que hemos construido. Con las actitudes de los actuales funcionarios del ejecutivo, que no les importa mentir, denigrar, irrespetar las leyes, etc., no tenemos señales de que se fortalezca más la institucionalidad y el Estado de Derecho.
Las focas aplaudirán, pero no saben que se están poniendo la guillotina en su propio «pescuezo». Así como les pasó a muchos: hicieron proselitismo a favor de Nayib y fueron los primeros en ser despedidos de su empleo.
Por: Alcides Herrera.