Nuevos documentos del Fondo Monetario Internacional (FMI) dejan en evidencia al gobierno de Nayib Bukele: El Salvador no ha comprado un solo Bitcoin en todo 2025, aunque funcionarios y cuentas oficiales han insistido en que las compras continúan “todos los días”.
Según el informe del FMI de la primera revisión del programa de Facilidad Extendida (EFF), publicado en julio, “el stock de Bitcoin en poder del sector público ha permanecido sin cambios desde febrero de 2025”.
El propio organismo ha reiterado esta afirmación en varios reportes y comunicados oficiales.
¿Qué significa esto?
Que las supuestas nuevas compras anunciadas por el gobierno no existen. El FMI ha aclarado que cualquier aumento aparente en las billeteras estatales se debe únicamente a movimientos internos, no a compras reales con fondos públicos.

Un acuerdo de $1,400 millones en juego.
El FMI, quien ya ha desembolsado unos $231 millones, exige al país mantener una política de “acumulación neta cero” en Bitcoin y reducir riesgos fiscales, como el cierre parcial de la billetera Chivo y el rol limitado de la Agencia Administradora de Fondos Bitcoin.
Fuentes del FMI confirman que El Salvador dejó de comprar BTC desde febrero de 2025 para cumplir con el programa.
Pero Bukele sigue hablando de “acumulación”
A pesar de la postura del FMI, el presidente continúa alimentando la narrativa de que “sigue comprando Bitcoin”, incluso insinuando en enero que podría aprovechar una caída de precios. Pero ninguna compra ha sido confirmada, y medios como Forbes aseguran que las reservas están congeladas por obligación del acuerdo internacional.
Algunos reportes sobre supuestas compras en noviembre por $100 millones tampoco han sido verificados y podrían tratarse de simples ajustes internos.
Transparencia bajo la lupa.
La polémica evidencia la tensión entre la apuesta cripto del gobierno —Bitcoin es moneda de curso legal desde 2021— y las exigencias de estabilidad del FMI.
Mientras el gobierno guarda silencio, el Fondo insiste en que la próxima revisión a finales de 2025 será clave y que la transparencia es indispensable para evitar una ruptura del programa.
Prensa Izcanal.