Los agricultores estadounidenses corren riesgo de perder para siempre sus posiciones en el mercado chino a consecuencia de la guerra comercial entre ambos países, según lo ha anunciado este viernes el viceministro de Agricultura y Asuntos Rurales de China, Han Jun, en una entrevista a la agencia Xinhua.
“Los agricultores estadounidenses probablemente pierdan el mercado chino, que llevaban explorando durante décadas”, ha afirmado Jun, precisando que “muchos países tienen la voluntad y capacidad de sustituir la presencia de Estados Unidos en el mercado agrícola chino”.
“Si otros países se convierten en los proveedores fiables de China, será difícil para Estados Unidos recuperar la posición”, ha aseverado el viceministro.
Además, el ministro dijo que China “básicamente” dejó de importar soja de Estados Unidos desde el pasado 6 de julio, si bien es “totalmente capaz” de tratar el déficit de este producto mediante las importaciones de otros países y la aplicación de medidas para que los granjeros chinos planten más cultivos domésticos.
Este miércoles China introdujo aranceles del 25% a productos estadounidenses por un valor total de 16.000 millones de dólares anuales. Esta medida proteccionista fue anunciada después de que Washington declarara que empezará a aplicar tasas similares sobre las importaciones chinas por el mismo valor a partir del próximo 23 de agosto.
China es el mayor comprador de granos de soja, con 12.000 millones de dólares en 2017, cerca de un 30% de la cosecha estadounidense.
Soya se queda en el mar
El buque de carga Peak Pegasus, propiedad de JPMorgan Asset Management, tuvo la mala suerte de llegar a China pocas horas después de que entraran en vigor los aranceles chinos sobre los productos estadounidenses, por lo que debió dar vueltas en el mar durante más de un mes, y aún lo sigue haciendo.
El navío, con una carga de 70.000 toneladas de semillas de soja estadounidense ―estimada en 20 millones de dólares― partió de Seattle el 8 de junio, y tras un largo periplo arribó a China el 6 de julio, cinco horas después de que entraran en vigor los aranceles chinos en represalia a los de Washington. Por este motivo, al descargar el producto se enfrentaría a un gravamen del 25 % (es decir, 6 millones de dólares), mientras que transportarla a otro destino también costaría “un precio exorbitante”, señalan expertos citados por The Guardian.
Desde entonces, tiene que navegar sin rumbo en el mar Amarillo hasta que los propietarios de la carga, la empresa Louis Dreyfus, tomen una decisión. Este viaje prolongado ya les está costando una suma astronómica de gastos adicionales.
Así, según el periódico, los propietarios del cargamento tienen que pagar 12.500 dólares al día por el alquiler de la embarcación, lo que ya les ha costado más de 400.000 dólares.
El destino de las semillas de soja aún no se resuelve, mientras que analistas sostienen que el buque continuará navegando con la esperanza de que Pekín decida subvencionar a los importadores del producto.
Esta opción es viable debido a que otras fuentes de soja para China en esta época del año se agotan rápidamente, y el cargamento en cuestión “podría ser la única fuente” para el país, señala el analista Michael Magdovitz.
Por / El Co Latino.