Miles de salvadoreños se unieron a la peregrinación en homenaje San Oscar Arnulfo Romero, bajo el lema “Caminando con San Óscar Romero, semilla que germina en nuestra tierra y produce frutos de justicia, fraternidad y paz”.
El reloj marcaba las 7:00 de la mañana del sábado 3 de agosto, a esa hora el pueblo romerista emprendió camino desde Chapeltique hasta Ciudad Barrios.
Doña María López, una de las feligreses católicas, que a pesar de su edad, acompañó la peregrinación los tres días, con mucha alegría de vivir esta experiencia de fe.
En esta peregrinación fue tan grande la fe que no importó el sol, ni mucho menos el cansancio para doblegar el entusiasmo de los feligreses.
San Salvador, Cuscatlán, San Vicente, Usulután y San Miguel, fueron los departamentos que se cruzaron para llegar hasta la cuna del profeta. Los peregrinos que atravesaron estas ciudades, pueblos y cantones afirman que el común denominador era la humildad, caridad y generosidad hacia el prójimo.
Eran dos objetivos claves en esta peregrinación, uno de ellos, llegar a la cuna del Santo Romero y el otro hacer conciencia en cuidar nuestro medio ambiente, así lo dice el cardenal Gregorio Rosa Chávez.
El reloj marcaba las 12:50 del mediodía cuando la imagen del santo salvadoreño era recibida en la tierra que lo vio nacer.
San Oscar Romero, fue asesinado el 24 de marzo de 1980, su gran pecado, ponerse al lado de los pobres y denunciar las injusticias de las autoridades y de los terratenientes del país. Era la voz de los que no tenían voz.
Por: Brenda Arévalo.