Durante la guerra civil, que vivimos en el país, circulaban panfletos para desanimar a las tropas guerrilleras. Más o menos decían así: “Mientras ustedes se están muriendo de hambre en estos cerros, sus comandantes están comiendo en hoteles de lujo con Fidel Castro”.
De Fidel Castro hemos leído en revistas, dedicadas a medir la fortuna de oligarcas, que era uno de los más millonarios del mundo. Era parte de la propaganda del imperio para dinamitar su estatura moral.
Cuando asesinaron a Salvador Allende en Chile filmaron su escritorio, su bodega de alimentos y bebidas, pretendiendo mostrarlo como un hombre que vivía en extremo lujo y que era un hombre violento, hasta mostraron las armas de su guardia personal.
El cuento, aunque se repite constantemente, no ha perdido efectividad.
De nuevo el ataque ha sido el mismo con el FMLN en el gobierno y fuera del gobierno: la nueva oligarquía, los nuevos ricos, los que se robaron todo para enriquecerse. Apenas sale cualquier líder del FMLN a la palestra pública y se le acusa de multimillonario.
Siempre me he preguntado: ¿De qué banco son dueños los pasados miembros de la Comisión Política del FMLN? ¿De qué empresas transnacionales son socios? ¿Qué inversiones tiene Medardo, Lorena, Salvador, Norma, entre otros, en empresas que invierten en Centroamérica, República Dominicana o Estados Unidos? ¿En qué listado de los más ricos de Centroamérica aparecen encabezando o en la cola de las listas? En los diversos estudios que realizan agencias de cooperación sobre la pobreza y riqueza en Centroamérica, por ejemplo, OXFAM, ¿por qué no aparecen miembros del FMLN como los “nuevos ricos” que encabezan esas investigaciones?
El cuento ha sido ya utilizado por muchos años y en diversos contextos ¿Por qué tiene tanta efectividad en la masa de votantes?
¿Habrá casos de enriquecimiento o de corrupción? De seguro lo habrá, como dijo alguien por allí “el poder corrompe”, pero de una generalizada corrupción o enriquecimiento de toda la dirección de un partido político o los diputados del FMLN, está lejos de ser realidad y es una clara manipulación y propaganda política.
Por: Alcides Herrera.