El gobierno de El Salvador ha dado pasos contundentes hacia la reapertura de la explotación minera en el país. Primero, el 20 de septiembre de 2020, se negó a firmar los Acuerdos de Escazú, un tratado clave para garantizar los derechos ambientales en la región. Luego, el 17 de mayo de 2021, se unió al Foro Intergubernamental sobre Minería, Minerales, Metales y Desarrollo Sostenible (IGF).
Tres años después, el 27 de noviembre de 2024, el presidente declaró públicamente que la ley que prohíbe la minería metálica en el país «es un absurdo», mientras el gobierno avanza en los planes para derogar dicha legislación. Esto ha generado una fuerte oposición de organizaciones sociales y de la Iglesia Católica, que han expresado su rechazo de forma pública.
La minería en El Salvador tiene una historia compleja, y un ejemplo emblemático es la mina San Sebastián, ubicada en el cantón del mismo nombre, en el distrito de Santa Rosa de Lima, departamento de La Unión.
El cantón San Sebastián, con una población aproximada de 8,000 habitantes, basa su economía en la agricultura, las remesas y el comercio. Según el Ministerio de Economía (MINEC), la actividad minera en la zona se remonta a 1904, intensificándose entre 1935 y 1953. Sin embargo, el periodo conocido como la «edad de oro» de la minería fue entre 1995 y 1999.
Entre 1908 y 1981, se extrajeron aproximadamente 11 millones de toneladas de roca, equivalentes a 1.1 millones de onzas de oro, según estudios realizados por la Universidad de Ohio bajo la dirección de la doctora Dina L. López.
En 1969, la mina San Sebastián comenzó un nuevo periodo de operaciones que fue interrumpido por el inicio de la guerra civil en 1981. Según el Registro Nacional de El Salvador, entre 1969 y 1978, la mina fue operada por la empresa Minerales San Sebastián. Posteriormente, las actividades se reanudaron en 1985 y 1989. En ese periodo, se estableció una empresa conjunta entre la Compañía General de Comercio (CGC) y San Sebastián Gold Mines Inc. (SSGM), registrada en Wisconsin, Estados Unidos, con el propósito de explorar, desarrollar y producir metales preciosos en El Salvador.
La «edad de oro» de la década de 1990
Durante los años 1995 a 1999, la operación alcanzó su máxima capacidad, procesando 200 toneladas de broza por día. La planta refinadora San Cristóbal producía diariamente 13,305 onzas de oro y 4,667 onzas de plata, según datos del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI). Un promedio de 19 millones de onzas de oro y 7 millones de onzas de plata. Los precios promedios actuales de la onza de oro es de $2,600 y la de plata de $700.
¿Qué quedó de todo esto?
A pesar de las más de 19 millones de onzas de oro procesadas por el consorcio CGC y SSGM, los beneficios reales para las comunidades locales fueron prácticamente inexistentes. Las promesas de desarrollo y bienestar contrastan con la pobreza y los daños ambientales que aún persisten en la región. Izcanal constató en el sitio la situación que vive el cantón San Sebastián.
En la segunda parte de este artículo exploraremos qué quedó de esta explotación y las consecuencias que enfrenta hoy el cantón San Sebastián.
El video muestra el nacimiento de agua de la mina San Sebastián.
Por: Prensa Izcanal