En su informe Perspectivas Económicas Mundiales, el organismo explica que «continúa la recuperación gradual del crecimiento en Latinoamérica y el Caribe, una región severamente afectada por la caída en los precios de las materias primas entre 2014 y 2016”.
En 2017, la economía latinoamericana creció el 1,3 %. El Fondo espera que el crecimiento se acelere progresivamente hasta alcanzar el 2 % en 2018 y al 2,8 % en 2019.
Desplome de la economía en Venezuela
Las cifras de la región, sin embargo, se ven lastradas por la profunda crisis económica que vive Venezuela, con una contracción estimada del 15 % para este año y del 6 % para 2019. Esto significa un fuerte recorte frente a las cifras presentadas presentadas por el Fondo en enero, que eran del -9 % y el -4 %, respectivamente.
De confirmarse esa previsión, perdería casi un 50% de su producto interior bruto en 6 años.
El Fondo Monetario Internacional prevé que la inflación en Venezuela ronde el 14.000 por ciento en 2018.
En el informe sobre la economía de regional, apunta a que este escenario en Venezuela es resultado de «significativas distorsiones microeconómicas y desequilibrios macroeconómicos exacerbados por el colapso de la exportación petrolera».
El impacto de la crisis de Venezuela se considera, en cualquier caso, «muy limitado» sobre los países vecinos, pese a que su economía representa un porcentaje muy elevado en el conjunto de la región. «Los efectos ya se produjeron», ha asegurado el economista Alejandro Werner.
Otros países de la zona han visto reducidas sus expectativas de crecimiento para 2018 respecto a las estimaciones del FMI anunciadas en enero, entre ellos Argentina, que pasa del 2,5 % al 2 %, Colombia, del 3 % al 2,7 %, y Perú, del 4 % al 3,7 %.
El FMI menciona el impacto económico de las próximas elecciones en Brasil, México y Colombia:“La incertidumbre política aumenta los riesgos en la implementación de reformas o la posibilidad de reorientar agendas políticas”.
El Fondo también se refirió a las reformas fiscales aprobadas en Argentina a finales de 2017, que consideró “una guía para la disciplina fiscal”. Sin embargo, dijo que se necesitarán “más recortes” del gasto para alcanzar los objetivos de déficit primario.
Por / ONU.