El Parque Nacional Cerro Verde, declarado Área Natural Protegida el 22 de abril de 2022 e integrado al Área de Conservación Apaneca-Ilamatepec, fue presentado por el MARN como un modelo de conservación.

Pero tres años después, esa promesa quedó hecha pedazos. El 20 de septiembre de 2025, turistas encontraron maquinaria pesada, tala masiva y movimientos de tierra dentro del parque. Trabajadores confirmaron que se construye “una plaza comercial”.

Las imágenes muestran decenas de árboles cortados y amplias zonas de bosque despejado en un lugar que debería tener la máxima protección ambiental.

Silencio oficial.
Aunque el MARN mantiene vigilancia dentro del parque, no ha emitido ningún pronunciamiento ni detenido las obras, que continúan activas desde septiembre hasta noviembre de 2025. La ley prohíbe la remoción de vegetación y la construcción comercial sin autorización ambiental y un estudio de impacto aprobado, requisitos que no han sido transparentados.
De la conservación al negocio Desde 2019, el gobierno ha impulsado proyectos turísticos en áreas protegidas —como El Boquerón, Conchagua y Deininger— con trámites exprés o acuerdos directos con operadores. En el caso del Cerro Verde, ni el ISTU ni el MARN han respondido preguntas sobre el proyecto, su contratista o los permisos otorgados. Voces y denuncias “Vine a disfrutar del lugar y encontré maquinaria y troncos por todos lados.
Es triste”, dijo una turista que pidió anonimato. Hasta el cierre de este reportaje, las autoridades siguen sin explicar cómo un parque declarado patrimonio natural terminó convertido en zona de construcción en menos de cuatro años. El Cerro Verde, celebrado como “protegido para siempre”, hoy es ejemplo de una protección que duró menos que los árboles que prometieron conservar.
Por: Alcides Herrera