Estos dos conceptos deben de ir de la mano. La articulación, de las acciones del gobierno, debe estar encaminada a que el control territorial no solo debe ser policial o militar, sino que los territorios se desarrollen y haya oportunidades positivas para la población.
¿Así lo está viendo el gobierno cuando pide más de 90 millones para la nueva etapa del “Plan Control Territorial”?. Pues, parece que no.
1) El próximo ministerio de desarrollo territorial, que entrará en vigor el 1 de enero de 2020, no contempla incremento de recursos para poder decir que habrá un cambio en las políticas públicas respecto a este tema. Recibe más dinero la Secretaría de comunicaciones de la Presidencia, por un monto de 22.5 millones de dólares para publicidad, mientras que el ministerio de Desarrollo Territorial apenas tiene presupuestado 13 millones.
2) No se está tomando en cuenta a las municipalidades en el tema de asignación de fondos para la prevención. El préstamo de 91 millones de dólares se lo reparten instituciones que no tienen que ver con la seguridad, ni con la prevención (CIFCO, por ejemplo, entidad encargada de alquilar locales y realizar ferias dará capacitaciones). En la designación de recursos en ningún momento se plantea el involucramiento de las alcaldías.
El debate debe hacerse con profundidad y madurez. Pero cuando el presidente llama basura, tergiversa las opiniones y se niega informar a los diputados, lo que se puede deducir es que no busca la aprobación de los préstamos, sino que busca confrontar para ganar réditos electorales.
Hasta hoy, el ministro de Seguridad no ha ido a explicar a los diputados los detalles del proyecto, ni los rubros en los que será ejecutado el préstamo. Anteriormente el ministro de Hacienda se tardó dos meses en hacer llegar la solicitud a la Asamblea. La solicitud del préstamo lleva algunos componentes que no tienen que ver con la prevención, por ejemplo, el equipamiento de ventiladores y monitores para hospitales (10 millones).
Parece que el control territorial está más en manos del Brozo, es decir es más propaganda publicitaria que otra cosa, que de María Chichilco, quién debe llevar el desarrollo a los territorios.
Los datos confirman que la reducción de homicidios no se debe al plan, pues en los municipios donde se ejecuta el plan control territorial incrementaron los homicidios.
Por: Alcides Herrera.