Comunidades de Tecoluca rechazan megarelleno en San Francisco Angulo: Salud, memoria y medio ambiente en juego.

Más allá de la oposición, las comunidades presentan una contrapropuesta clara: exigen que los terrenos de San Francisco Angulo sean declarados reserva ecológica y patrimonio cultural.

Las comunidades organizadas de Tecoluca han alzado la voz de manera unánime para frenar la construcción del megarelleno sanitario en la zona de San Francisco Angulo. Bajo la premisa de que el proyecto es inviable e injusto, los habitantes han delineado tres ejes fundamentales que sustentan su oposición: la defensa de la salud, la protección de la memoria histórica y la preservación del ecosistema.

Los líderes comunitarios y organizaciones locales aseguran que su postura no es una negativa infundada, sino una defensa integral del territorio, el agua y la vida. A continuación, se detallan los tres puntos centrales de su denuncia.

1. Un agravio a la memoria histórica y a la verdad

El primer punto de conflicto trasciende lo ambiental y toca una herida abierta en la historia de El Salvador. Las comunidades denuncian que el proyecto se está ejecutando en un terreno donde, durante trabajos de terracería, se han reportado hallazgos de osamentas humanas.

Los habitantes señalan que construir un vertedero sobre un sitio marcado por graves violaciones a los derechos humanos constituye una agresión directa a la dignidad de las víctimas del conflicto armado y sus familias. Para los denunciantes, la prioridad debe ser la búsqueda de la verdad y el respeto a los derechos humanos, no el soterramiento de la historia bajo toneladas de basura.

2. Intereses económicos sobre el bienestar social

El segundo eje del rechazo cuestiona la naturaleza del proyecto impulsado por la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANDRES), CYFEMSAL y las autoridades municipales. Las comunidades argumentan que, lejos de ser una solución ambiental, el relleno responde a intereses económicos que ignoran el costo humano.

Se alerta sobre impactos graves e irreversibles en la salud de la población local, con especial énfasis en los grupos más vulnerables: la niñez y los adultos mayores. «Un proyecto que pone en riesgo la salud y bienestar de la población no puede considerarse ambiental», sentencian los portavoces del movimiento, rechazando la narrativa oficial que presenta la obra como un beneficio para el país.

3. Una propuesta alternativa: Reserva Ecológica y Patrimonio Cultural

Más allá de la oposición, las comunidades presentan una contrapropuesta clara: exigen que los terrenos de San Francisco Angulo sean declarados reserva ecológica y patrimonio cultural.

El objetivo es doble: por un lado, proteger la riqueza natural de un ecosistema que es vital para la subsistencia local; y por otro, honrar la memoria de las personas asesinadas en la zona durante la guerra civil. La comunidad aboga por transformar el espacio en un área protegida que sirva a la vida y a la historia, en lugar de convertirlo en un foco de contaminación.

La resistencia en San Francisco Angulo se perfila no solo como una lucha ambiental, sino como un movimiento por la dignidad y la justicia histórica. Las comunidades reiteran que defenderán «la vida, el agua, la memoria y el territorio» ante cualquier intento de imponer el megarelleno.

Ulises Soriano.