Las autoridades planificaron una estrategia de distanciamiento e higiene y comprobaron que la vuelta a clase no fue responsable del aumento de los casos.
El pasado 15 de abril comenzó la apertura gradual de las escuelas en Dinamarca y las primeras en reabrir sus puertas fueron las primarias y los jardines de infantes. Para evitar contagios y frente al temor de docentes y padres, fueron puestos en práctica estrictos protocolos de seguridad. Con el paso de las semanas, las autoridades comprobaron que las estrategias funcionaron.
Según explicó Dorte Lange, vicepresidenta del Sindicato Danés de Docentes, las autoridades establecieron que los grupos no podían superar los 10 o 12 niños y tendrían un docente asignado, estableciendo así una ‘burbuja’ que no tendría contacto con otros sectores. Esto también se buscó en los recreos, por lo que los patios fueron divididos en zonas, mientras que durante el horario escolar, el uso de los parques públicos fue exclusivo de los alumnos.
También fue reorganizado el ingreso a las escuelas y se habilitaron distintos accesos para que no se produjeran concentraciones en la puerta. Además, a los adultos se les prohibió el acceso a los establecimientos.
Higiene permanente
Otra medida establecida por las autoridades educativas dinamarquesas obligaba a una permanente limpieza del material utilizado, mientras que los niños debían higienizarse las manos cada hora y media como mínimo y antes y después de los recreos o de ir al baño o al comedor.
Mientras las clases seguían su marcha, se detectó que en la primera de mayo el índice de contagios aumentó, pero las autoridades comprobaron que los grupos más afectados entre los menores fueron aquellos que tenían entre 13 y 19 años, es decir, aquellos que no habían vuelto a las aulas. Además, afirmaron que el incremento de los casos se debió a un cambio en la metodología de testeo y a la introducción del sistema de rastreo de contagios.
Más tarde, comenzó a analizarse la vuelta a clase de todos los estudiantes. Entonces, la distancia social fue reducida de dos a un metro, aunque se mantuvieron las restricciones de contacto entre cursos y con los adultos. El 18 de mayo fue la fecha de reapertura de las escuelas secundarias y el 27 de ese mes regresó el resto de los alumnos.
La progresiva reanudación de la actividad educativa continuó, aunque a fines de julio y principios de este mes hubo un rebrote en la ciudad de Aarhus. Sin embargo, las medidas solamente fueron a nivel local, sin afectar las guarderías ni los establecimientos educativos, que continúan con la nueva modalidad de funcionamiento.
Por: RT.