Por Carlos Amaya.
En los primeros once días al frente de la alcaldía de Nueva Granada en Usulután, el alcalde Isaac Guevara se aumentó el salario mensual de $2,150 a $3,150, así lo registra la página N.11 del libro de actas municipales de la comuna, a la que accedió este medio a través de una solicitud de acceso a la información pública.
El 23 de febrero de 2021, durante su cierre de campaña como candidato, el joven alcalde Isaac Guevara, selló su discurso de nueve minutos con un juramento al estilo del presidente Nayib Bukele, donde levantó de su silla a los presentes y les hizo prometer salir a votar para detener “los robos, malversaciones y los privilegios” en la municipalidad de Nueva Granada. Sin embargo, la “finca” que denunciaba “en la que se había convertido la alcaldía” en la administración anterior y que, tanto juró eliminar, parece solamente haber cambiado de dueño con la decisión de aumentarse el salario en $1,000 en uno de los territorios más pobres del país.
Según el registro de la primera reunión del Concejo Municipal de Nueva Granada, correspondiente al 03 de mayo, en el punto número cinco, donde se estableció el salario que ganaría el alcalde municipal, se acordó que el nuevo edil, Isaac Guevara, devengara un salario de $2,150 similar al de su antecesor Aquilino Rendón. Ese acuerdo fue modificado una semana después por el Concejo Municipal dominado por Nuevas Ideas, quienes permitieron un aumento del 46% al sueldo del edil municipal.
En la segunda sesión de Concejo Municipal, la del martes 11 de mayo, a tan solo once días de haber asumido de manera oficial la administración de la alcaldía y ocho días de la primera reunión, el alcalde de Nuevas Ideas en Nueva Granada, Isaac Guevara, se retractó del primer acuerdo respecto a sus honorarios y decidió aumentarse $1,000 a su salario inicial de $2,150. Los principales argumentos de este aumento que Guevara dio en la sesión, es que cubrirán regalías y viáticos de representación. Sin embargo, eso puede hacerse desde los fondos de la municipalidad, con todos los procesos de ley, y no necesariamente a través de una inyección directa del salario personal del funcionario. Con esta nueva modalidad, el edil podrá gastarse los fondos sin necesidad de dar cuentas sobre los mismos.
El acta municipal detalla que ese acuerdo obtuvo 4 votos a favor de los concejales propietarios: José Rolando Canizales de Nuevas Ideas, Karina Araujo de Nuevas Ideas, José Jeremías Ortíz de Nuevas Ideas y Carlos Segovia de ARENA. Además, hubo una abstención del concejal del FMLN, Wilfredo Hernández. El concejo justifica su accionar con las facultades que les otorga el Artículo 30 del Código Municipal que le establece las facultades para fijar “las remuneraciones y dietas que debe recibir el alcalde, síndico y regidores”.
Izcanal consultó con el concejal Wilfredo Hernández (el único que se abstuvo), las razones de su decisión. El funcionario asegura que fueron dos, “una es que, en su campaña, esta gente dijo que haría cosas distintas a las que venía haciendo la administración pasada. A mí me pareció excesiva, tomando en cuenta las necesidades que hay en el municipio y, segundo, porque es injusto que esto pase en un municipio que ha tenido más de un año el FODES retrasado, no tiene demasiado ingresos a través de recaudación de impuestos”, señaló.
Copia de acta con el acuerdo de aumento de sueldo del alcalde Isaac Guevara.
La nueva administración municipal recibió la alcaldía con una deuda de más de 1 millón y medio de dólares, sumado a eso, el gobierno de Nayib Bukele solo ha entregado el 50% de la deuda de un año completo del Fondo para el Desarrollo Económico y Social de los municipios de El Salvador FODES (fondos de libre disponibilidad) que se están utilizando para pago mensual de deuda a proveedores y funcionamiento municipal. “El otro 50% ya no va a llegar a la administración de la alcaldía”, agregó Hernández, pues el presidente anunció, en abril, que el 75% de ese fondo lo manejará una institución creada por el Gobierno y los alcaldes, incluidos los de Nuevas Ideas, tendrán que pedir autorización para desarrollar proyectos en sus municipios.
Ante la situación de las finanzas del municipio, el concejal del FMLN, no ve viable el incremento hecho por el alcalde:
quien propone que si a cada comunidad se invirtieran 2 mil dólares, cada dos meses, para mejoras de reparación de tramos críticos u otros proyectos, otra realidad empezara a pintar en el municipio.
En la municipalidad, además, se estudian dos propuestas de ordenanzas municipales para recaudar más fondos: incremento a las tasas municipales y registro y cobro de impuesto a las cervecerías del municipio. La primera de estas, pasa la factura directa a la gente, pues significa el aumento del costo a la emisión de partidas de nacimiento, partidas de defusión, registro de matrícula para ganado, servicios de alumbrado público y recolección de basura entre otros.
Izcanal trató de contactar al alcalde municipal para conocer su versión de los hechos, sin embargo, no tuvo respuesta de parte del edil ni del despacho municipal.
Una realidad que contrasta con las nuevas condiciones del alcalde
El poblado de Nueva Granada está ubicado en la zona norte del departamento de Usulután, a unos 5 minutos de la carretera Panamericana. Hasta hace poco era el sexto municipio en extrema pobreza severa, según la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC), y aunque haya salido de esa condición, poco o nada ha cambiado. Las carreteras siguen en mal estado, las viviendas de algunas comunidades siguen siendo de bahareque, carpetas, lámina o adobe y muchas de estas aún no cuentan con servicios básicos como energía eléctrica y agua, es el caso de Rina Cruz de cantón San José, el más grande del municipio y donde se registran los más elevados índices de pobreza.
Rina es una madre soltera de 46 años que vive desde hace diez, con sus tres hijos, en condiciones deplorables en una vivienda remendada con pedazos de carpeta, lámina y barro. No tiene empleo y va sobreviviendo con lo poco que logra conseguir, “cuando mi hijo trabaja es que me da mis centavitos. Si gana seis dólares me da tres para comprar algunas cositas para comer”, relata esta madre que no puede trabajar ajeno para cuidar de sus hijos.
Asegura que tiene temor por las condiciones de su vivienda, “siempre, cuando llueve, hace norte bastante y tengo miedo de que los palos me vayan a caer encima de la casita. El agua de la quebrada se mete adentro de la casa”, dice, aquella mujer de piel morena, ojos y labios gruesos y carácter fuerte. En el verano, el sol también genera una mala condición para ella y los niños, pues por el material de la vivienda provoca un calor insoportable.
A un kilómetro de donde Rina, en esa misma comunidad, vive en similares condiciones Doña María Antonia Gaitán de 75 años. Su casa es de bahareque y asegura que nunca tuvo la oportunidad de repararla. Toda su vida ha vivido en ese lugar y el Estado jamás ha garantizado mejores condiciones para ella y su familia. Nunca tuvo empleo formal y sólo recuerda con nostalgia cuando trabajó en las fincas de Santiago de María como cortadora de café. Le pagaban 1.75 de colón dice y no era suficiente para ir sobreviviendo.
“Hay papa”, me responde cuando le pregunto que como ha hecho para sobrevivir todo este tiempo. Dice que va pasándola con $2.00 diarios. “Mire, con eso compro un quesito de un dólar y lo demás es para comparar una libra de frijoles. No se puede vivir con más y si a eso le agregamos que la vida está cara, es bastante complicado para nosotras”, cuenta la anciana.
María recuerda que allá, entre enero y febrero, cuando estaba en pleno apogeo la campaña electoral, el actual alcalde Isaac Guevara, llegó a su comunidad y prometió implementar un proyecto de viviendas, “el prometió en la placita. El llamado que le hacemos es que cumpla”, dice. De hecho, en su último discurso el joven abogado, ahora alcalde aseguró: “no podemos fallarle a la gente, la gente está cansada, está harta de tanta mentira y nosotros no podemos venir a hacer el show político de venir a mentirle a la gente” ¿hará el edil honor a su palabra?