La feligresía católica celebró el sábado 24 de marzo el 38 aniversario de la muerte del Beato Oscar Arnulfo Romero, con una solemne misa en la parroquia de Ciudad Barrios.
El 24 de marzo de 1980, es una fecha imborrable en la mente de los salvadoreños, ese día simboliza por un lado la partida física del beato Romero, pero por el otro, el surgimiento del santo salvadoreño.
Aquella fatídica tarde, el pueblo derramó lágrimas de tristeza por la muerte del pastor, luego de que un franco tirador cruzara una bala en su corazón mientras oficiaba una misa en la capilla del hospitalito de la divina providencia, en San Salvador. Era un domingo, el ultimo de cuaresma. Hoy, 38 años después de su martirio, ese mismo pueblo derrama las mismas lágrimas, pero esta vez de alegría al saber que Monseñor Romero se convertirá en octubre próximo, el primer santo salvadoreño.
“Que monseñor Romero llegue a los altares canonizado es un reto para mí, para nosotros los cristianos. Es un reto, porque hay que buscar la paz que el buscaba, porque él no estaba de acuerdo con la violencia y precisamente por eso lo mataron, él estaba de acuerdo con la vida y la paz” indica Pilar Rivas, padre de la parroquia de Ciudad Barrios.
Romero denunció las barbaries cometidas por los grupos paramilitares y cuerpos represivos previo a la sangrienta guerra civil que vivió 12 años nuestro país, denunció la complicidad de una iglesia tradicional y conservadora que encubría los crímenes de los militares y la burguesía salvadoreña, y es que precisamente, un día antes de su asesinato pronunció una inolvidable homilía en la que manifestó: “En nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos; les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios cese la represión”, para muchos, estas palabras fueron su sentencia de muerte.
Este 24 de marzo de 2018, el obispo de Santiago de María Monseñor William Iraheta y sacerdotes de la diócesis encabezaron la Misa a la que asistieron feligreses de todas las edades. En la santa eucaristía se presentaron distintas ofrendas al beato Monseñor Romero, una de ellas fue un canto interpretado por un niño. La humildad del pequeño, hacía que el canto tuviera un tono no común, era especial.
Durante la homilía el obispo Iraheta llamó a los presentes a seguir y practicar el legado de Romero “Todos nosotros tenemos el firme compromiso de seguir la obra de amor del beato y mártir Arnulfo Romero” apuntó el jerarca.
Por su parte la feligresía católica expresó el orgullo de conmemorar un nuevo aniversario del profeta y mártir Monseñor Romero “para mí, representa la figura de un sacerdote que luchó por los pobres, por nosotros los campesinos hasta el punto de dar la vida por su pueblo” expresa María Santos Sosa.
A 38 años del martirio del próximo santo, la justicia salvadoreña parece seguir durmiendo el sueño de los justo, ya que no se ha levantado ningún juicio para llegar a la verdad, pese a que un informe de la comisión de la verdad de las Naciones Unidas señala como autor intelectual del crimen al fallecido militar y fundador del partido ARENA, Roberto D’Aubuisson,
Durante los actos conmemorativos jóvenes de la Diócesis de Santiago de María además de recordar la fecha histórica del 24 de marzo, celebraron la llegada de los signos de la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Panamá a finales de enero de 2019. Estos signos son reliquias que vienen desde el vaticano y por primera vez son admiradas por el pueblo salvadoreño.
Por Carlos Amaya.