El 3 de mayo de 1982 fue vilmente asesinado José Lázaro Ventura, delegado de la palabra en la parroquia de Sesori, Diócesis de Santiago de María.
El hecho se registró un mes después de haber sido amenazado por personeros de la Defensa Civil de la época.
Lázaro Ventura Lizama, nació el 12 de abril de 1944 y fue asesinado a la edad de 38 años.
Se casó con María Concepción Ramos, con quien procrearon siete hijos, María del Carmen, Celia Esperanza, Rosa Emilia, Rafael, Ismael, David y cuando fue asesinado su esposa quedaba embarazada de su última hija, Ana Ofelia.
“El día que lo asesinaron, él se levantó temprano, porque iniciaría la siembra de maíz, coció café, yo lo escuchaba cantar una alabanza que dice: <Alegre la mañana que nos habla de Dios, alegre, la mañana>, lo sentía contento, cantando, silbando”
“A media mañana, los verdugos fueron a buscarlo a la casa y al no encontrarlo tomaron la ruta que los llevaría hasta el Guatal donde se encontraba”, recuerda la esposa y una cuñada.
Tras recibir la noticia de su muerte, los familiares iniciaron la búsqueda del cuerpo, que fue encontrado en las cercanías de la hacienda el Tambor del Cáguano. A más de un kilómetro de donde se encontraba sembrando la milpa. La familia pidió ayuda a los vecinos para trasladar el cuerpo hacia su casa, pero debido al temor que invadía a los lugareños fue difícil obtener ayuda.
Lázaro Ventura se ganó el respeto y el reconocimiento de quienes participaban en las celebraciones de la palabra. De ello dan fe don German Mejía y el padre Amílcar Ramos, Párroco de San Gerardo
A pocos días del vil y cobarde asesinato de Lázaro, la familia Ventura Ramos tuvo que trasladarse hasta, en aquellos tiempos, Villa El Triunfo, ya que seguían recibiendo amenazas de parte de los cuerpos de paramilitares de la defensa civil, que iban a matar a todos, tres años después de residir en El Triunfo, durante un intenso bombardeo de la Fuerza Armada, estuvieron a punto de morir por una bomba que cayó en la casa que habitaban. Una granada de mortero 81 milímetros explotó en el interior dejando herida a toda la familia. La peor parte la sufrió doña María Concepción, quien perdió una de sus extremidades inferiores, los demás miembros de la familia sufriendo diversas heridas al ser alcanzados por las esquirlas.
Para recordar el legado de Lázaro, en el marco del 37 aniversario, la familia viajó hasta el lugar del asesinato para realizar un pequeño acto de amor y justicia para conmemorar su martirio, un acto que además sirve para reparar el inmenso dolor que dejó su partida.
La visita al lugar del martirio de Lázaro Ventura también nos llevó hasta el cementerio general donde descansan sus restos, luego llegamos a la iglesia para ser testigos del mural donde sobresale su imagen. Queda como un legado a la iglesia 4 alabanzas que escribió siendo parte del coro parroquial. Finalmente visitamos el lugar donde vivió los últimos años de su vida junto a su familia.
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Por: Prensa Izcanal