Con el aval de haber sido el primer país de América Latina en declararse libre de analfabetismo, Cuba ha encendido la llama del saber a otras naciones del continente como uno de los más preciados actos de amor y solidaridad de su pueblo y gobierno.
Así lo hizo en Bolivia, Nicaragua y Venezuela y lo hace desde 2009 en El Salvador, porque los gobiernos del cambio del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se empeñaron desde esa fecha en erradicar el analfabetismo, el primer paso para sembrar luz y esperanza en los salvadoreños.
Aquí, como en otras 40 naciones se aplica el programa Yo sí Puedo para enseñar a leer, escribir y cálculos básicos de aritmética, una metodología cubana elogiada y reconocida por su probada eficacia por la UNESCO.
Adaptado a las condiciones de El Salvador, ese método ha permitido alfabetizar a más 322 mil personas en zonas rurales y urbanas, incluidas discapacitados visuales y sensoriales, lo cual ha permitido declarar a 104 municipio libres de analfabetismo, entre ellos San Salvador, la tercera capital centroamericana en alcanzar ese éxito educativo.
Tales resultados son fruto de la voluntad política del gobierno, la respuesta ciudadana a esta necesidad nacional y la asesoría de pedagogos cubanos.
Sobre el incondicional apoyo de Cuba, su embajador aquí Carlos Zamora expresó en nombre de su gobierno y los 15 integrantes de la brigada educativa de su país, la satisfacción y el honor que significa el reconocimiento del presidente Salvador Sánchez Cerén y del pueblo salvadoreños.
“Este grupo de educadores realiza un esfuerzo importante, abnegado, sin medir horas, días ni nada que haga falta para avanzar en la campaña y llegar a la meta de El Salvador Alfabetizado es posible, afirmó el diplomático.
“Las instituciones, la población y todos en el país se han dado cuenta de los esfuerzos de la brigada, por eso el reconocimiento del presidente Sánchez Cerén es un homenaje al aporte técnico y profesional, pero también a su entrega, al amor y dedicación con la que contribuyen a esta batalla contra la ignorancia”, afirmó.
Zamora precisó que “no es posible que un país avance, se desarrolle y fortalezca sus fuerzas mientras no logre vencer el analfabetismo, y así ascender en la escala de la educación y la cultura que es lo que hace verdaderamente fuerte a los pueblos”.
Resaltó que reconforta cuando personas con determinada edad piensan que van a morir en la oscuridad y son alfabetizados para que vean la luz, algo similar a los que tienen dificultades visuales y son operados en el centro oftalmológico de San Vicente, “ese sentimiento del que recibe la visión luego de una operación es parecido al que aprende a leer y escribir, ambos salen de un camino bastante oscuro”.
Consideró que la brigada educativa cubana ha sido un ejemplo para motivar y crear conciencia y entusiasmo en la gente para alcanzar la meta ansiada de erradicar el analfabetismo.
El diplomático cubano acotó que la especie humana es la única capaz de soñar y convertir los sueños en realidades, de transformar el mundo y en ese sentido, dijo, “soñar es también generar conocimientos, perspectivas, emociones y anhelos algo en lo que los artistas pueden aportar mucho en esta campaña por el saber”.
En su opinión El Salvador ha logrado integrar en este proceso a todas las entidades y sectores del país, “por eso cuando los años pasen y el devenir histórico nos deje atrás, el presidente Sánchez Cerén será recordado precisamente por el impulso que le dio a la alfabetización, un legado que nadie podrá borrar”.
Será la obra de quienes confiaron en que Yo sí puedo cambiar como persona y transformar a mi país para que el conocimiento sea también una manera de emanciparse y de construir un mejor futuro.
Por / Transparencia Activa.