Luis Clemente Faustino Posada Carriles de 90 años de edad, exiliado cubano y exagente de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, falleció este 23 de Mayo.
Posada Carriles salió de Cuba, con la sola intención de acabar con la Revolución, y para ello, emprendió actos de terrorismo de la que fueron víctimas personas inocentes como los que viajaban en el avión que hizo explotar en octubre de 1976 en Barbados. Este hecho dejó 73 personas fallecidas. Por ello el gobierno de Cuba lo consideró un terrorista.
Otros crímenes que se le adjudican fue el de planear la colocación de bombas en misiones diplomáticas cubanas; secuestrar al embajador cubano ante las Naciones Unidas y matar al funcionario cubano Carlos Rafael Rodríguez en Lisboa. Portugal.
Carriles, luego de pasar por el ejército estadounidense entre 1963 y 1964 y alcanzar el grado de subteniente, fue reclutado en 1965 como instructor en un centro de entrenamiento en la Florida. Trabajó para la CIA entre 1965 y 1967, y entre 1968 y 1976 fue informante dentro de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención, en Venezuela.
Documentos desclasificados muestran que la CIA, se refiere a sus actividades como «planes terroristas».
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Luis Posada Carriles nació en Cienfuegos, Cuba, en 1928. Se nacionalizó en Venezuela y fue entrenado para formar parte del Ejército de Estados Unidos.
En 1971, protagonizó un atentado fallido contra el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, quien realizaba una visita oficial a su homólogo chileno, Salvador Allende.
En 1976 se vio involucrado en el asesinato de Orlando Letelier, canciller chileno durante la gestión de Allende.
En el año 2000, intentó acabar de nuevo con la vida de Fidel Castro, en esta ocasión durante la Cumbre Iberoamericana que se desarrolló en Panamá. La acción fue frustrada y Posada Carriles quedó detenido junto a otros tres criminales: Gaspar Eugenio Jiménez, Pedro Remón y Guillermo Novo. Sin embargo, en el 2004 fue indultado por la presidenta de ese entonces de Panamá, Mireya Moscoso.
En 2005 entró ilegalmente a EE.UU. Fue encarcelado por esta acción, pero dos años después pagó una fianza y un juez lo dejó en libertad. En 2011, la jueza Kathleen Cardone lo libró del delito migratorio por considerarlo “viejo e inválido”. Desde entonces, vivió en ese país, específicamente en Miami, amparado por el Gobierno norteamericano.
Por/ Wilfredo Hernández.