Tras haber participado en una “marcha blanca” para denunciar el congelamiento del escalafón salarial para el sector Educación y Salud, la docente y sindicalista Idalia Zúniga fue despedida bajo el argumento de que su plaza es innecesaria y, por lo tanto, ha sido suprimida. La profesora, según relató, fue la única representante de sindicatos de Educación que no quiso firmar un compromiso con el gobierno para disolver la marcha. En una entrevista con GatoEncerrado, Zúniga explicó que su despido es el clímax de un hostigamiento que ha enfrentado en los últimos dos años por denunciar y no ser sumisa al régimen bukelista.
Idalia Zúniga, una maestra del Centro Escolar República del Perú que marchó el pasado 19 de octubre en contra del congelamiento del escalafón en Salud y Educación, fue notificada este 21 de octubre que estaba despedida, con efecto inmediato. Zúniga, según explicó a GatoEncerrado, interpreta su destitución como una represalia estrechamente relacionada con su constante denuncia pública en contra de las irregularidades del Gobierno de Nayib Bukele y como el clímax de una persecución sindical que ha enfrentado en los últimos dos años, tras su trabajo como secretaria general del Frente Magisterial Salvadoreño.
“Debido a un proceso de reestructuración del Ministerio de Educación se ha valorado que su plaza de docente ya no es necesaria para el servicio público, por lo que se ha decidido suprimirla”, reza el escueto documento que le fue entregado a Zúniga, en el que además se le ordena que entregue inmediatamente al centro escolar su cargo, documentación, mobiliario y equipo. Asimismo, se le exige que este procedimiento de destitución sea confidencial y se le prohíbe divulgarlo.
En respuesta a la decisión del Ministerio de Educación, Zúniga subió un video a sus redes sociales para denunciar lo ocurrido y señalar que tanto el director departamental de San Salvador, como el ministro de Educación, son personas “manipulables, sumisos y represivas”.
“A mí no me van a amedrentar con suprimir la plaza, no me van a callar. Si creen que con esto van a silenciarme, es porque no saben de qué estoy hecha. Así que la lucha continúa, vamos a seguir defendiendo los derechos de la clase trabajadora”, dijo la docente.
En una entrevista con GatoEncerrado, Zúniga agregó que este despido se suma a una serie de arbitrariedades que ha enfrentado en los últimos dos años en represalia por su lucha sindical.
“Por ser sindicalista, yo he tenido una persecución sindical que se vino incrementando desde hace unos dos años con sobrecarga laboral, hostigamiento y el 22 de agosto me destituyeron ilegalmente como directora sin haber pasado por la Junta de la Carrera Docente ni haber comprobado que yo he cometido los ilícitos de los que me acusan y que son risibles totalmente. Sin embargo, esta persecución ya venía porque soy mujer, sindicalista, no soy obediente al régimen y porque denuncio”, dijo a este medio.
La docente también explicó que un día antes de la marcha, el viernes 18 de octubre, personeros del Gobierno de Bukele —incluida la jefa del gabinete, Carolina Recinos— se reunieron con sindicalistas y representantes del sector Educación para intentar disolver la “marcha blanca” que había sido convocada, tanto por representantes del sector Educación como representantes del sector Salud, para denunciar la propuesta del gobierno de congelar el escalafón salarial para médicos y docentes en el Presupuesto General de la Nación 2025.
En esa reunión, según relató Zúniga, el gobierno ofreció no congelar el escalafón al sector Educación, establecer una mesa de negociación y llegar a acuerdos a cambio de que la marcha fuera suspendida. La Unidad Magisterial Salvadoreña —que aglutina a varios sindicatos, como ANDES 21 y SIMEDUCO— aceptó el ofrecimiento verbal y emitió un comunicado en el que decían que la marcha estaba suspendida.
La docente Zúniga, según contó, se levantó y se retiró de la reunión cuando el gobierno no quiso poner por escrito su ofrecimiento. Un día después, en la marcha, la profesora denunció ante los medios de comunicación que la quisieron obligar a firmar el desmontaje de la marcha, pero se negó a hacerlo.
“Al inicio de la reunión nos dijeron que no les interesaba la marcha, que no les importaba esta marcha y que no les causaba ningún daño. Sin embargo, en el transcurso de la reunión dijeron que la condición para seguir con las reuniones y no congelar el escalafón era que se desmontara la marcha”, dijo Zúniga.
Por: GatoEncerrado