Varios territorios del oriente salvadoreño siguen hoy en alerta naranja por sendos enjambres sísmicos en Chalchuapa y Chirilagua, donde persiste el peligro de derrumbes y deslaves.
El director nacional de Protección Civil, Jorge Meléndez, decretó alerta naranja en los municipios de Chirilagua, Intipucá y El Carmen, donde las alcaldías están en función de atender a los damnificados.
Las actividades escolares fueron suspendidas para este lunes y su reanudación dependerá del cese de los movimientos telúricos que desde el pasado viernes sacuden a estos territorios del oriente salvadoreño.
Las autoridades evalúan los estragos y recomiendan a los afectados estar fuera de las viviendas, en especial aquellas consideradas no-habitables por su deterioro estructural, la mayoría construidas con ladrillos de adobe.
Por lo pronto, una niña sufrió una leve lesión al caerle encima un pedazo de teja en el caserío Los Pajaritos, uno de los afectados por los más de 300 temblores reportados en la región en apenas dos días.
Los sismos afectaron la estructura del Hospital Nacional San Juan de Dios de San Miguel, la alcaldía de Intipucá, en La Unión, y numerosas viviendas en cantones, que sufrieron derrumbes parciales y rajaduras. Además, la policía cerró la carretera que conduce a la playa de El Cuco debido a desprendimientos de rocas en las laderas aledañas, aunque también se reportan derrumbes en el desvío de Sapagua.
Arístides Valencia, ministro de Gobernación, reiteró la importancia de resguardar la vida de las personas y luego atender los albergues montados por los Comisiones Municipales de Protección Civil.
La seguidilla telúrica de Chalchuapa, sitio reconocido por sus ruinas mayas y la pirámide de Tazumal, comenzó la semana pasada y superaba ya los 300 sismos, 11 de los cuales fueron perceptibles.
En los departamentos de San Miguel y La Unión la sensación es de zozobra por el recurrente temblar, que provocó daños estructurales en la alcaldía de Intipucá y en viviendas y negocios del oriente salvadoreño.
Los sismólogos atribuyen ambos eventos a la activación de fallas geológicas en El Salvador, donde un enjambre el pasado año durante Semana Santa dejó un muerto, numerosos daños materiales y caída de rocas.
Por Prensa Latina.