Tres lecciones urgentes del deslave en Nejapa

La noche del pasado jueves 29 octubre un deslave mató a nueve personas, destruyó cincuenta casas y causó daños materiales a más de cien familias en la Comunidad Los Angelitos II, en el Municipio de Nejapa, al norte de San Salvador.


La tragedia, provocada por las lluvias de los últimos días, nos deja -al menos- tres lecciones urgentes.

La primera es la reiteración de que los desastres no son naturales, sino que son propiciados por la actuación humana. Los fenómenos naturales como lluvias o sismos causan daños debido a vulnerabilidades socio-ambientales relacionadas con el uso inadecuado del territorio, el deterioro de los ecosistemas y las precarias condiciones de vida de la población.

En el deslave en Nejapa es probable la incidencia de proyectos urbanísticos, la actividad de empresas azucareras y las industrias de bebidas que operan en toda esa zona. También la falta de planes estatales y municipales de prevención de riesgos, así como la ausencia de criterios para un uso ordenado del suelo (La Ley de Desarrollo y Ordenamiento Territorial aprobada en 2011 es letra muerta).

La segunda lección es la advertencia de que el proyecto urbanístico “Valle El Ángel” no debe autorizarse, debido a que se ubica en la misma zona y podría provocar desastres aún mayores que pueden evitarse negando el permiso ambiental.

El proyecto impulsado por la Constructora Urbánica, de la oligárquica familia Dueñas, además de ubicarse en un lugar de riesgo, está sobre una zona de carga hídrica que alimenta al ya reducido manto acuífero subterráneo de Nejapa. La tragedia en Los Angelitos II exhorta al Presidente Bukele, su ministro de Medioambiente y al “comisionado de proyectos especiales” a atender la protesta de las comunidades de la zona, parroquias y organizaciones ecologistas.

Y la tercera es la triste confirmación de que la bajeza política y la miseria humana no tienen límites: Mario Durán, ministro de Gobernación y candidato a alcalde de San Salvador por Nuevas Ideas, no tuvo escrúpulos en llegar y aprovecharse de la tragedia para hacer propaganda electoral.

El funcionario-candidato, además de violar el Código Electoral con su campaña adelantada y la Ley de Ética Gubernamental utilizando recursos públicos para fines proselitistas, también irrespeta los principios básicos de la moral, la decencia y el sentido común: utiliza el dolor y el sufrimiento de las personas para su show propagandístico.

Ojalá que el país tome en cuenta estas tres lecciones.

Posdata: Como presidente del Sistema Nacional de Protección Civil, Mario Durán también podría estar cometiendo los delitos de omisión e incumplimiento de deberes al no declarar emergencia sanitaria y actuar para resolver el problema de la basura en San Salvador. ¿Será que su mezquino cálculo electoral indica que la falta de solución del problema afecta al actual alcalde capitalino, su principal contrincante?

Por: ARPAS.