El Movimiento de profesionales por la Transformación de El Salvador (PROES), se manifestó en contra de las reducciones presupuestarias que el Gobierno del presidente Nayib Bukele, pretende realizar.
Las reducciones presupuestarias se refieren al rubro de Educación, en la asignación de presupuesto general de la nación 2021.
En el contexto de la formulación del proyecto de presupuesto general de la nación 2021, trascendió en redes sociales que la Universidad de El Salvador (UES) había sido notificada por el Ministerio de Hacienda de una reducción de US$3.1millones de dólares, en el techo presupuestario indicado para el próximo año. Al respecto, Profesionales por la Transformación de El Salvador (PROES), expresa lo siguiente:
1. Durante la campaña electoral, Nayib Bukele prometió incrementar gradualmente el presupuesto de la UES hasta superar el porcentaje de inversión del resto de países de la región, pero ya en su cargo de presidente de la república mantuvo el presupuesto en los US$102.9 millones del año anterior, de los cuales, el Gobierno proporciona US$91.8 y la universidad obtiene US$11.1 millones, sobre todo por las cuotas a estudiantes de escuelas privadas. Además, como hubo un aumento salarial de US$2.5 millones, debido a la ley del escalafón, los fondos disponibles para el resto de compromisos son menores. El presupuesto real disminuyó y el presidente Bukele no cumplió su promesa con la comunidad universitaria.
2. En julio de este año, el Ministerio de Hacienda tenía un retraso de US$13 millones en la entrega de fondos a la UES. Por presión del rector, Roger Arias, se desembolsaron US$7.5 millones, pero queda una deuda US$5.5 millones. Ese retraso afecta el pago de agua, energía y telefonía, la labor de investigación y las inversiones en la biblioteca y el auditorio de la Facultad Multidisciplinaria de la Región Pararacental, poniendo en riesgo además el desarrollo del ciclo II – 2020.
3. En el presupuesto 2020 mientras el Gobierno congelaba el presupuesto de la UES, aumentaba en US$75 millones el del Ministerio de Defensa y en US$9 millones el gasto de propaganda de CAPRES, sin incluir gastos de propaganda de otras instituciones públicas. Las prioridades del presidente Bukele son el gasto militar y la propaganda a su figura. La asignación presupuestaria no refleja compromiso efectivo con la educación pública en general, ni con la educación superior en particular.
4. Por la emergencia COVID-19, el Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología (MINEDUCYT) solicitó un refuerzo presupuestario de US$100 millones para desarrollar un programa de educación a distancia ante el cierre definitivo de actividades escolares presenciales. Sin embargo, lo que efectivamente solicitó el Ejecutivo y presionó hasta lograr su aprobación en la Asamblea sin los votos del FMLN, fue el recorte de US$17 millones al presupuesto de educación, reorientando esos fondos al pago de dos meses de salarios atrasados en ANDA y en CIFCO, por la baja en los ingresos regulares de ambas entidades; dicho recorte se hizo efectivo de la partida de proyectos para rehabilitar la infraestructura educativa a nivel nacional.
5. La caída en los fondos para pagar salarios en instituciones públicas es el resultado de las decisiones improvisadas del Gobierno para enfrentar la emergencia sanitaria. El desorden y el caos en la gestión de las finanzas públicas, que abren la puerta al uso discrecional de recursos públicos, lo que pone en riesgo la continuidad de programas importantes en materia educativa. Queda claro que la educación pública de calidad y la educación superior pública representada en la UES, no son prioridad para el Gobierno.
6. El Gobierno dejó sin fondos el programa “Niñez y juventud del futuro. Un niño, una niña, una computadora”, por medio del cual se logró entregar en la gestión anterior más de 80,000 computadoras en los centros escolares públicos, donde estudian niños niñas y jóvenes. En plena pandemia, el MINEDUCYT reconoce que la brecha digital del personal docente y de estudiantes es un reto que requiere una inversión importante que no se logrará en la gestión actual, por lo que además de educación en línea han debido proceder a la formación acelerada del personal docente, la impresión de guías de trabajo para su distribución y el lanzamiento de un programa en radio, a fin de llegar a la mayor cantidad de población estudiantil posible ante la imposibilidad de mantener actividades presenciales.
7. El año 2020 inició con una reducción en la matrícula escolar no universitaria de 200,000 estudiantes en todos los niveles; además, el Ministerio de Educación autorizó que algunos centros escolares privados incrementaran cobros al iniciar el año lectivo y hubo algunos centros escolares que empezaron a reducir oferta educativa por dificultades de matrícula y de ingresos financieros efectivos.
8. Con la crisis sanitaria, por la pandemia que evidenció la ineptitud gubernamental para gestionarla y las inequidades y exclusiones crónicas en nuestra sociedad, la situación de la educación pública es más grave. Las redes sociales y los medios digitales dan cuenta de quejas de estudiantes universitarios en proceso de graduación en universidades privadas, por ejemplo, por el pago de procesos de graduación que serán realizados en línea sin que las universidades contemplen alguna devolución, dado que se pagó por otro tipo de evento; también se denuncia que algunas universidades privadas están incrementando las mensualidades amparados en la crisis económica generalizada.
9. Invitamos al pueblo salvadoreño, a las juventudes organizadas, organizaciones estudiantiles y la comunidad educativa en general a mantenerse pendientes de la presentación del proyecto de presupuesto general de la nación para el año 2021 que hará el Órgano Ejecutivo, para verificar si la educación en general será una prioridad. No se debe admitir que continúe el retroceso en materia educativa ni que se afecte el presupuesto de la Universidad de El Salvador.
Por: Verdad Digital.