Más de 100 personas han fallecido y otras 4000 han resultado heridas en la brutal explosión que ha tenido lugar en la tarde del martes en el puerto de Beirut.
El poder de la explosión en el puerto de Beirut se parece mucho una bomba nuclear “táctica”. La explosión de 2750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas, desde hace seis años, en el hangar 12 del puerto de Beirut equivale a entre 600 y 800 toneladas de TNT, tal y como informan los expertos.
La cantidad almacenada de nitrato de amonio provocó una explosión en la que, hasta el momento, ha dejado más de 100 personas muertos y más 4000 heridos.
Casi la mitad de Beirut ha quedado destruida o dañada por las detonaciones y más de 300 000 personas de la capital han quedado sin hogar, según informa este miércoles el gobernador de Beirut, Marwan Abud.
Todavía no se sabe si toda esa cantidad de nitrato de amonio ha explotado, pero lo que sucedió fue como una pequeña bomba nuclear. Es cierto que no contiene materiales radiactivos (El Líbano no lo confirmó), pero uno de los servicios de seguridad de El Líbano habló de la presencia de barriles de desechos tóxicos, desde la década de 1990, cerca del hangar numero 12.
Lo que sucedió en Beirut es más allá de la imaginación, es la más grande explosión acaecida en un país que está experimentado una caída libre debido a la crítica situación económica.
La Tierra no ha visto muchas explosiones como esta (no una bomba nuclear) desde la invención de la pólvora.
Es un asunto político y una aventura que amenaza la vida de las personas. Decenas de muertos, miles de heridos y miles de viviendas, instituciones, tiendas y edificios destruidos y dañados, algunos de los cuales están a decenas de kilómetros del centro de la explosión demuestran que había ocurrido una guerra.
Dicha guerra tuvo lugar ayer en Beirut, pero solo duró unos segundos, que fueron suficientes para convertir la ciudad en una “zona de desastre”.
El 4 de agosto de 2020, se guardará como un día para un evento cuya escala es indescriptible.
Cómo ocurrió la explosión
Primeros informes indican que todo empezó cuando un dantesco incendio se ha desatado en un almacén de petardos cerca del puerto de Beirut. Una fuerza de la Brigada de Bomberos de la capital vino a extinguirlo.
Pero el fuego se intensificó en minutos y se produjo la explosión masiva. Las causas del incendio no se determinaron. Las autoridades libaneses están pendientes del resultado de la investigación.
Más de 2700 toneladas de nitrato de amonio (utilizado en la fabricación de explosivos y fertilizantes agrícolas) almacenados indiscriminadamente, se convirtieron en combustible para el incendio.
Nube con forma de hongo
La explosión fue tan fuerte que sacudió varias partes de la capital. A kilómetros de la escena de la explosión, se derribaron balcones, se derrumbaron techos y se rompieron las ventanas.
Además, las imágenes publicadas en las redes sociales muestran una gran nube con forma de hongo elevándose en el cielo, provocando una onda expansiva que ha afectado a varios barrios de la ciudad, causando daños materiales en numerosos edificios y tiendas, incluyendo la vivienda del ex primer ministro Saad Hariri.
El gobernador de Beirut, Marwan Abud, ha anunciado que las explosiones han afectado a aproximadamente la mitad de la ciudad. El alto funcionario ha calificado el hecho como “un desastre nacional parecido a Hiroshima”.
La energía liberada por la explosión ha sido, según fuentes científicas citadas por el diario británico Daily Mail, equivalente a tres kilotones, un 20% de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, Little Boy, que tenía 16 kilotones de potencia.
En el epicentro de la explosión, cuya onda de choque se sintió hasta en la isla de Chipre, a más de 200 kilómetros de distancia, el panorama seguía siendo apocalíptico: los contenedores parecen latas de conserva retorcidas, los coches están calcinados, el suelo, alfombrado de maletas y papeles que salieron disparados de las oficinas cercanas.
Hubo avisos antes de la explosión
El diario Al-Akhbar reveló que las fuerzas de seguridad habían avisado de la existencia de productos peligros y explosivos en el puerto.
En la reunión del Consejo Supremo de Defensa que tuvo lugar tras el incidente, el director general de Seguridad del Estado Mayor, el general Tony Saliba, presentó a las autoridades del país el informe preparado por su grupo a principios de este año.
Mientras que la dirección de Aduanas filtró un libro dirigido al poder judicial en 2017, en el que en seis cartas dirigidas al Juez de Asuntos Urgentes de Beirut, solicitó la reexportación de nitrato de amonio o su venta a una empresa de fabricación de explosivos.
Esta cantidad de nitrato de amonio permanecía almacenado allí desde que se confiscó como cargamento de un barco en 2013 por una decisión judicial libanesa. En ese momento, un barco moldavo venía de Georgia, y en su camino a Mozambique, pasó por aguas libanesas, donde se rompió.
Varios acreedores presentaron quejas legales contra los propietarios del barco, por lo que el poder judicial de El Líbano detuvo la embarcación, que se mantuvo en el hangar 12 del puerto de Beirut.
Además de los asuntos técnicos y legales, toca responder a estas preguntas para definir las responsabilidades:
¿Por qué los materiales peligrosos permanecieron en El Líbano?
¿Por qué la cantidad de nitrato no salió del país?
¿Quién es el responsable que decidió guardar estos artículos sin ninguna medida de precaución?
¿Quién paga el subsidio de alquiler por almacenarlo?
¿Quién se beneficia de su permanencia en Beirut?
¿Por qué el servicio de la Inteligencia, que es responsable de proveer la seguridad en el país, no interfirió para evitar el almacenamiento de materiales explosivos en instalaciones sensibles como el puerto de la capital?
¿Cuál es el papel del comité de gestión portuaria para preservar la seguridad del puerto?
¿Quién es este juez que no ha sido persuadido por las demandas de seguridad de que estos “materiales de alto riesgo” deben ser desbloqueados? ¿De acuerdo con cual ley ha tomado su decisión?
Estas preguntas no están destinadas a acusar a nadie. Pero un crimen con tal magnitud no debe permitirse sin que los responsables rindan cuentas.
La reunión del Consejo Supremo de Defensa, que se celebró ayer en la ciudad de Baabda, prometió responder a estas preguntas.
Por: Hispantv.